¿Existe envidia de “la buena”?

Por: Ale Pasquel

 

¡Que levante la mano quien no ha sentido envidia “de la buena” por lo menos una vez en su vida! Y es que, actualmente, con las redes sociales se ha vuelto tan accesible la apertura a la vida de otras personas que en automático comenzamos a desear los viajes, la casa, la ropa, las aventuras o todo lo que creemos que la otra persona tiene mejor o más que yo. Y como bien dicen, no tiene nada de malo que desees las cosas, pero todo en exceso es malo, así que te daré unos puntos para identificar la envidia y canalizar lo malo que estás sintiendo en agradecimiento por lo que tienes.

 

Partiendo del significado de la palabra envidia en el diccionario, nos damos cuenta de que se trata de un sentimiento de tristeza o enojo que experimenta alguna persona que no tiene, o desearía tener, algo que otra persona posee. Definitivamente con esta definición nos damos cuenta en primera instancia de que no se trata de un sentimiento que aporte algo bueno a nuestra vida.

 

Es importante reconocer lo que sientes. Resulta importante diferenciar entre el anhelo, o el deseo de tener o poseer algo, con la comparación o el sufrimiento por querer algo que no tienes. NO es malo desear cosas, no te hace daño soñar con una casa en la playa, soñar con correr un maratón, soñar con que tú y tu pareja estén de viaje, soñar con tener 3 hijos, soñar con hacer ese MBA que tu amigo está por terminar, soñar con poner ese negocio. Es común que tengas tu lista de cosas que quieres y que por el momento no tienes por diversos factores; sin embargo, esto significa que, si luchas y te esfuerzas por tenerlas, ya tendrás la mitad del camino andado. Créeme cuando te digo que es mucho más fácil quedarte sentado en el sillón de tu sala, lamentándote y enojado por las cosas en las que alguien más está trabajando y disfrutando.

 

Aprende a diferenciar un sentimiento como la envidia de la admiración y el orgullo. A nadie le cae mal que de vez en cuando le reconozcan que ha bajado algunos kilitos, que ahorró para hacer el viaje de sus sueños, que termina la maestría que tanto le costó, que se arregla guapísima para una boda, que su negocio está teniendo más éxito de lo planeado. Es reconfortante que la gente te haga saber que vas por un buen camino. Sin embargo, aquí es muy importante precisar la diferencia entre tener sentimientos de alegría y orgullo por la otra persona que de sentir envidia, porque te puedo asegurar que la segunda opción resulta muy poco edificante. Te hace daño comparar tu realidad con la de alguien más, te hace daño tener sentimientos negativos en tu vida por algo que alguien está viviendo al máximo. Aquí es el momento ideal para comenzar con tu trabajo de canalizar y cambiar lo negativo por lo positivo.

 

Sé agradecido con lo que tienes y con lo que tú estás viviendo. Honestamente, te quiero confesar que yo, en lo personal, no estoy interesada en vivir de comparaciones, ni de tener el anhelo de ser como alguien más, porque ahí no está la vida exitosa que planeé para mí. En esa vida no está mi esposo, mi familia, mis amigos; por esa razón soy agradecida con lo que tengo hoy y por lo que busco tener en un futuro.

 

Siempre recuerda que somos únicos e irrepetibles. Basta de tener emociones negativas con las personas que están teniendo la oportunidad de vivir cosas que yo estoy soñando o queriendo. Es hora de ponernos a trabajar en nuestro proyecto, de creer en nosotros, de entender que la fuente de la felicidad nace de nosotros mismos. Y cuando comiences a tener un sentimiento de envidia, no olvides que no existe nadie mejor que tú para vivir la vida que te tocó, con las cosas que tienes y que estás por tener.